Camino hacia Perú, hace 35 años llegó a Barranquilla de Holanda en barco un sacerdote que ha hecho y continúa haciendo grandes proyectos comunitarios en la Puerta de Oro de Colombia. Su nombre Cyrillus Swinne.
Su obra en el barrio La Paz se ha traducido de manera espiritual y física a través de la comunidad que le sigue en su liderazgo, la empresa oficial y privada que apoya su gestión, el agradecimiento de los beneficiados, sumado a las edificaciones desde donde atiende a miles de personas, en aras de mejorar su calidad de vida.
Con sus acciones y especial forma de integrar los actores sociales que en alianza consiguen bienestar para las familias en el Barrio La Paz, ha logrado edificar desde su servicio religioso el Centro de Salud San Camilo, la Fundación Hogar San Camilo y el Centro de Recuperación de la Paz. De manera integral y atendiendo a los más vulnerables, el Padre Cirilo (como le conocen) ha contribuido la paz y la vida de muchos barranquilleros y barranquilleras en esta localidad.
Entre otros de sus logros están: el Centro Comunitario, la Biblioteca Popular, la Cooperativa Multiactiva, el Colegio Comunal Mixto y la Red Educativa del Suroccidente que aglutina a seis instituciones educativas sin ánimo de lucro. También el Parque Deportivo y Recreativo, y el Coliseo La Paz. Se suma el proyecto de hidroponía en el que participa la comunidad, con madres cabeza de familia y discapacitados.
Su labor ha merecido el reconocimiento de la Reina Beatriz de Holanda, quien a través de la Embajada de los Países Bajos en Colombia, le otorgó la distinción de Gran Caballero en la Orden van Oranje Nassau.
Su gestión y huella tiene el sello de paz, como su destino lo quiso, al quedarse justo en el barrio de Barranquilla que lleva ese nombre, La Paz. El Padre Cyrillus Swinne, huella de Barranquilla en sus 200 años.
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